Capitulo 21

Golpeé el hombro de una de ellas al pasar, no fuerte, solo lo suficiente para recordarles que no eran nadie para mí, y Santiago me siguió de inmediato, casi trotando para alcanzar mi paso mientras salíamos del restaurante.

El aire frío del centro comercial me golpeó la cara, pero aun así seguía hirviendo por dentro, la mandíbula apretada, las manos cerradas, el temblor vivo de la rabia contenida recorriéndome entera.

Santiago se colocó a mi lado, tímido, como si no supiera si tenía permiso de hablar…

—Señora… —dijo bajito—… gracias por defenderme

No lo miré, mi vista seguía clavada hacia adelante, fija en nada pero sintiendo todo lo que hervía por dentro.

—No hay de qué —dije seria, seca, sin mover un músculo, y añadí en un susurro que él apenas alcanzó a oír— hasta la sociedad te maltrata, hermanita… qué mierda te hicieron

Mis ojos ardieron un poco, pero no iba a llorar ahí….Santiago tragó saliva nervioso y, después de unos segundos, dijo algo que me detuvo en seco

—Señora… ¿por qué
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP