Al amanecer, Leonardo estaba decidido a hacer a Catalina suya, a meterla en la cama y hacerla suya.
—Leonardo se acercó a Catalina, con una mirada intensa—. Catalina ha llegado el momento de dar un paso más en nuestra relación.
—Catalina se apartó un poco, nerviosa—. Leonardo, no creo que sea el momento adecuado.
—¿Qué quieres decir? Llevamos tiempo juntos, nos amamos. No entiendo por qué te resistes.
—No se trata de que no te ame, Leonardo. Pero siento que todo esto está yendo demasiado rápido. Necesito tiempo.
—¿Tiempo para qué? ¿Para darme una respuesta? ¿No es obvio que estamos hechos el uno para el otro?
—No es tan simple, Leonardo. Hay muchas cosas que aún no hemos resuelto. Necesito sentirme completamente segura y cómoda antes de dar ese paso.
—¿Pero yo te hago sentir seguro, verdad? Dime que te hago sentir algo.
—Leonardo, no pongas palabras en mi boca. Lo que siento por ti es real, pero eso no significa que esté lista para tener relaciones sexuales contigo.
—¿Pero no me quier