Las manos de Alexein temblaban sin control, mientras su pie se movía sin cesar. Los nervios lo consumían, la ansiedad le retorcia las entrañas.
- Todo estará bien mi amor. Estoy segura que Caliope se pondrá feliz cuando sepa que vas a verle.- Aura le sonrió, mientras apretaba la mano del hombre en un gesto reconfortante.
- Tengo miedo Aura... ¿Y si Dorian se equivocó?, ¿Y si ella nunca me amó?, ¿Y si mi desprecia por...?
- No sigas Alex.- Aura lo calló, mientras besaba sus labios, refrenando la verborrea del ojigris.- Si la hubieras visto tan vulnerable... Tan... Humana, no estarías pensando esas tonterías. Nunca había visto sus ojos brillar tanto de emoción y esperanza.
- Ya no sé que esperar.
- Ya. Tranquilo. Todo lo malo ya pasó, ahora sólo esperemos lo que viene que sé que será mejor y si no: sé que sea lo que sea lo vamos a superar juntos.- Estaban en el auto, listos para ir de visita al reclusorio femenil.
La siguiente semana se llevaría a cabo el juicio en el cuál Caliope recib