Aura movía su pie con impaciencia, mientras esperaba en aquella sala, cuya luz moribunda, daba un aspecto fantasmal a todo lo que alcanzaba a tocar y cuyo silencio ensordecedor, hacía eco de sus acelerados latidos y descompasada respiración.
Los nervios y la incertidumbre hacían un nudo en su estómago que se tensaba al ritmo de los minutos, mientras miraba intranquila hacia la portezuela que se encontraba a escasos pasos de su ubicación, preguntándose una y otra vez, por qué Caliope había pedido verle sólo a ella.
Apretó sus manos en el bolso en cuyo interior, se encontraba la prueba de que Alexein Dimou, era el hijo supuestamente fallecido de Caliope Makris y Darío Dimos.
Había hecho una promesa y no la pensaba romper, aún cuando no tenía ni idea de como decirle aquella verdad a Alexein.
Escuchó ruidos al otro lado y su cuerpo entero se tensó, cuando la puerta que por tanto tiempo había estado observando, se abrió con un pequeño chirrido.
Respiró hondo, tratando de calmar el malestar