–¿Le importa si hablamos afuera? –le preguntó Amelia tras sacudir la cabeza suavemente –Me gustaría atestiguar este momento –
Ligeramente extrañada por el comportamiento de Amelia, Anna asintió y le indicó a la joven que saliera primero.
“Tal vez, no es que Amelia sea difícil de sobrellevar, tal vez, ella es más empática con las mujeres que compartimos su mismo rol” –pensó Anna, con lo que Amara, estuvo de acuerdo, pues, de hecho, contándose a ella misma, a Amelia y a Alice, sólo había cuatro herederas al título de alfa
–Por cierto, ¿puedo hablarte de tú? –preguntó Amelia mientras se dirigían a la salida principal –Puede que no lo parezca, pero me molesta el formalismo –
–Claro Amelia, te entiendo perfectamente –dijo Anna
Cuando ambas dejaron la casa de la manada, Anna buscó directamente a Alice, quien se encontraba de pie frente a la mesa de sus padres, quienes eran acompañados por la Luna Catherine e Iva.
–Amelia, ¿A qué te referías con qué no te habías equivocado con Alice? –p