Cuando Anna desapareció en el pequeño pasillo que llevaba a su baño, Adeline asintió y se dirigió a Iva, quien la observaba expectante.
–Recuerdo que ella siempre decía que sentía un vacío en el pecho –le contó Adeline a Iva –Decía que amaba a sus padres y a su hermano, pero también decía que sentía no pertenecer ahí, ahora puedo ver que eso ha cambiado, su sonrisa es diferente –
Iva no dijo nada, solamente sonrió. Su hija era feliz y era todo lo que le importaba.
–Disculpe, ¿Luna Iva? –la llamó Adeline
–¿Qué sucede Adeline? –
–Me gustaría preguntarle algo –
–Adelante –
–¿Cómo es que en la familia Rizzo son todos humanos y usted no? –
–Porque mi padre es un hombre lobo –dijo Iva con amabilidad –Aunque mi madre fue transformada al poco tiempo de llegar aquí –
–¿Un humano puede transformarse? –preguntó Adeline
–Claro, aunque es un proceso complejo y muy doloroso ya que, un humano transformado no tiene un lobo como el de nosotros, él debe aprender a lidiar con todo el proceso él