Liam corrió dejando atrás su propio importante evento. Salió del salón tropezando con algunas personas del staff y, cuando se encontró en el iluminado pasillo, miró hacia un lado y hacia el otro. No había rastro del hombre con espalda fuerte y traje color vino. Se dirigió hacia su boutique, entró en su oficina y empezó a escarbar entre todos los regalos de sus fans y clientes. No pasó mucho tiempo cuando Taylor apareció frente a él, con un caminar pausado y sus manos metidas en los bolsillos. Su tranquilidad llego incluso a molestar a Liam, sin saber la razón.—Liam, te he estado buscando. ¿Sucede algo? —preguntó Taylor.—¿Por qué lo preguntas? —respondió Liam sin levantar la cabeza de entre todos los regalos.—Lo pregunto porque deberías estar en la piscina en este momento siendo un buen anfitrión, como siempre. Pero en cambio, estas aquí… ¿Qué estás buscando?—Una rosa —respondió en su susurro, casi sin darse cuenta.Taylor repartió la mirada entre todas las cosas. Había infinidad d
Había pasado una semana desde que David había vuelto a su rutina diaria después de haber asistido a aquel evento. A pesar de eso, no podía sacarse de la cabeza al chico que con tanta seguridad y propiedad caminaba en aquella pasarela. Hoy era domingo, el taller no abría, y por esa razón quiso aprovechar para hacer una de las cosas que más amaba: ir a la playa. Al deslizarse sobre las olas sentía como pudiera sortear cualquier obstáculo y lo ayudaba a despejar su mente. Así que tomo su tabla, la subió a su jeep Wrangler todoterreno y se encamino a su aventura.Era allí donde se encontraba en este momento, sentado en la arena disfrutando del sol, el viento y el mar. Las playas de Seal Beach eran bastante tranquilas, por eso amaba este lugar. A diferencia de Beverly Hills, donde vivían sus padre y amigos, las playas eran hermosas, pero permanecían abarrotadas de gente. Pero hoy había un especial silencio en esta área de la playa. David miro a su alrededor y todo estaba extrañamente solit
—¡No! —dijo Liam rotundamente a la insistencia del fotógrafo para que aceptara que Dav fuera su modelo.—Pero, ¿por qué, Liam?, Dav es sencillamente perfecto, reúne todo lo que buscamos para estas fotos y está dispuesto. Además, habías dicho que se veía guapo. Ya hemos perdido toda la mañana y aun no consigues a nadie más, y si cancelamos la sesión perderemos el haber movido todos estos equipos hasta aquí. De verdad que no entiendo, ¿cual es la razón?—No es lo que estoy buscando, eso es todo. Además, no es un modelo.—Sí, él dijo lo mismo, pero ¿qué tal si lo traemos y le hacemos una prueba? Confía en mí, sabes que tengo un buen ojo para esto.Liam resopló. —Esta bien, pero…—Esta bien, yo me encargo —dijo el fotógrafo, interrumpiendo las palabras de Liam, e inmediatamente corrió para traer a David.…—Liam —volvió a llamar el fotógrafo, pero esta vez venía acompañado de David, quien se veía jodidamente sexy sin ningún esfuerzo, mostrado su torso al descubierto completamente entintad
Cuando tenía quince años y vivía en Los Ángeles con sus padres, David era un chico soñador, que en plena adolescencia se prometía a si mismo nunca perder el niño interior, estaba de acuerdo con el niño narrador de “el principito” que decía que las personas mayores pierden la percepción de su entorno, nunca pueden entender algo por si solas y es aburrido para los niños tener que explicarles todo. Ah, olvidaba decirles que David era un fan de dicho libro, desde la primera vez que sus padres se lo leyeron, quedo completamente fascinado, aprendió a leer tan rápido como pudo solo para poder leerlo cada vez que quisiera y hasta el sol de hoy, ya ha perdido la cuenta de cuantas veces lo ha hecho, así que sin saberlo, o tal vez si lo sabia un poco, visionaba su vida y su futuro por fragmentos del libro, decía querer ser piloto para así conocer muchos lugares del mundo, pero además seria mecánico de aviones porque no se arriesgaría a que una avería lo mantuviera anclado a un lugar por mucho ti
David vivió en University park al sur de Los Ángeles hasta terminar sus estudios de mecánica, donde conoció a su mejor amigo Christian, amaba vivir con sus padres que siempre lo apoyaron y alentaron a seguir su corazón y sus sueños, así que en cuanto vio la oportunidad de despegar del hogar hacia Seal Beach un lugar lleno de playa, sol y mar, y donde además podría trabajar en lo que tanto le gustaba, no lo pensó dos veces Los padres de Christian tenían dos talleres mecánicos económicamente estables y rentables, y lo acogieron no solo como un aprendiz y empleado, sino como un hijo más, pero cuando la desgracia toco la puerta de aquella familia haciéndolos caer casi en la ruina y después la muerte de ambos padres, dejando a su amigo solo con su hermano menor, no había manera que los abandonara cuando mas lo necesitabanPero ya habían pasado algunos años después de eso y ahora sus amigos se encontraban mejor que nunca, ahora ambos vivían en Los Ángeles con sus novios en el que encontra
Desde pequeño Liam había sido un chico frágil, se enfermaba con mucha facilidad y a su piel parecía afectarle casi cualquier cosa, si a eso le sumamos que era el hijo único de una pareja millonaria, se puede decir que creció mimado, sobreprotegido y controlado al extremo.Durante sus primeros catorce años, el estilo de vida que sus padres habían impuesto para él había estado bien, Liam lo había aceptado sin miramientos, ya que no conocía nada más, pero aun recuerda como si fuera ayer el día en que esa percepción cambio drásticamente y ya nunca volvió a ser el mismo, ese día en que una sonrisa tan brillante como la luz del sol, quemo el velo que empañaba sus ojos, una sonrisa y un libro ambas provenientes de la misma persona habían cambiado su vidaDespués de haber leído aquel viejo libro, solo fue ver la primera hoja en la que se leía una dedicatoria escrita a mano que decía: “para nuestro hijo amado: crece rico de espíritu, pero sencillo de corazón, se libre y lucha por tus sueños”,
David se encontraba sentado en un sillón, completamente desnudo debajo de la bata de tela fosforescente disponible en la oscura habitación para que fuera más fácil interactuar, ya llevaba unos diez minutos esperando en la oscuridad cuando la puerta al fin se abrió, logró ver la silueta de la persona que entro, contra la luz del pasillo por unos segundos antes que la puerta volviera a cerrarse. no se puso de pie, hasta que no escucho el click del seguro de la puerta, el recién llegado espero unos segundo frente a la puerta, supuso que a la espera de que su visión se adaptara un poco a la oscuridad, luego David sintió el sonido de unos zapatos de tacón acercándose a él, hasta que quedaron frente a frente, tan cerca que las puntas de sus pies casi se tocaban, David sabía que si la persona que ingreso conocía las reglas de la Dark Room, no hablaría ni interactuaría con él, hasta que él lo ordenara.A falta de un sentido tan importante con la visión, se disfrutaba de sentir como se agudiza
Joder, ¿quién era este hombre con un cuerpo de oso y olor a jodidas galletas con chispas de chocolate? ¿Dónde diablo se había estado escondiendo todos estos años? ¿Acaso era el Dom que buscaba? No sabía nada de él y en cuanto este momento terminara, volverían cada quien a su camino y entonces ¿por qué sentía que no quería dejarlo ir?Por favor, la energía que emanaba de su cuerpo lo tenía al borde del abismo, la forma en que lo tocaba, era perfecta, sin miedo de dejar marcas y provocar dolor, pero a la vez con suavidad, ternura y cuidado, podía sentir como se contenía, la forma en que cuidaba milimétricamente la presión, sus manos eran grandes fuertes y toscas, un arma peligrosa si no sabían manejarse, y él lo hacía perfectamenteEra perceptivo, había identificado su olor fácilmenteera gracioso, cuando sonrió, el sonido de su risa retumbo en el centro de su pechoera dominante, sabia exigir y dar el tono exacto a su voz, pero a la vez era flexible con su sub, no pedía perfección, ni