No le pasaba nada.
Elliot observaba en silencio al joven terminando de abrocharse el zapato.
Según los análisis, todo estaba bien salvo que tenía algo bajito el azúcar.
Nada preocupante.
Oía a la madre del chico hablar con otro médico fuera de la habitación hasta que oyó decir al joven:
-Gracias por... quedarte-
El moreno de piel avanzó hacia él.
Lentamente.
Hasta que se detuvo a pocos metros de su persona.
-Has de cuidar tu salud- dijo.
Patryce asintió al mismo tiempo que tragó saliva.
-Nunca...he tenido el azúcar bajo- respondió.
Elliot acortó un poco más la distancia entre ellos para sin cortarse acariciar su mejilla.
-Sé lo que vas a decirme y de antemano te diré que no se observa en ningún lado o estatuto de la política de mi empresa que jefe y empleado no puedan tener relaciones fuera o dentro del ámbito laboral- repuso.
Patryce abrió la boca para responder pero dos dedos del hombre se posaron en sus labios -Aún no he terminado de hablar- añadió.
El joven asintió con la cabeza