C187: Ahora somos uno.
Samira despertó con lentitud, sintiendo su cuerpo pesado, como si una corriente de energía aún vibrara en su interior. Parpadeó varias veces, tratando de despejar la sensación de letargo que la envolvía. La luz tenue de una lámpara iluminaba la habitación, revelándole un entorno familiar: el dormitorio de su madre.
Las mantas estaban suaves sobre su piel, y un aroma cálido y reconfortante llenaba la atmósfera. Por un momento, su mente estaba confusa y los recuerdos andaban dispersos como hojas arrastradas por el viento. Pero entonces, un dolor punzante en su hombro la hizo fruncir el ceño. Llevó los dedos a la zona y sintió la piel sensible, caliente… la marca.
De pronto, todo volvió a ella: la luna, el calor abrasador de la conexión, la intensidad de lo que había sentido antes de que su conciencia se desvaneciera.
—Despertaste.
La voz de Alister la sacó de sus pensamientos. Su mirada se desvió hacia él, sentado al borde de la cama, quien la observaba con alivio. Llevaba la ropa arrug