33. Lo siento
Un beso tan delicado como las suaves olas del mar que transmitían calma y serenidad. Los brazos de él rodeaban mis caderas, y por un instante me dejé llevar. Tenía mis manos apoyadas en su hombro cuando interrumpí suavemente el beso.
—¿Lograste percibirlo? A pesar de nuestras discusiones, es imposible negar los sentimientos que compartimos, Dorothea. Aunque intentes distanciarte de mí, la conexión entre nosotros es innegable.
Trataba de expresar algo cuando, de repente, observé hacia la casa y percibí a varios empleados mirando desde la ventana. En cuanto me vieron, la cerraron rápidamente y se retiraron. En el piso de arriba, Alexis jugaba a taparles los ojos a Alejandro y Anastasia, luciendo una sonrisa muy pícara.
—Dorothea, me gustaría tener una conversación contigo. —Su actitud se volvió seria. —Siempre logras escaparte, mientras yo continúo persiguiéndote incansablemente. No entiendo cuál es tu problema y tú no me lo explicas. Considero que cometimos un fallo y es importante q