20. Quiero hablar
Nuestros ojos se mantenían fijos en una conexión sorprendente, como si solo existiéramos él y yo. Observé cómo me dedicaba una sutil sonrisa, algo que le correspondí.
—Mami, ¿puede Alexander venir con nosotros? Quiero que me lleve al carrusel.
La voz de mi hija fue suficiente para romper el hechizo que nos envolvía.
—No tengo ni idea, amor. No sé si Alexander está ocupado —lo miraba con atención.
—Para nada, estoy totalmente disponible —una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
—Claro que no lo estás —alcé una ceja—. Siempre estabas ocupado, ¿recuerdas?
Vi cómo hacía una ligera mueca.
—Eso fue hace más de seis años, Dorothea. Además… siempre he tenido las mismas prioridades, solo que en ese entonces intentaba hacer algo que terminó por alejarte de mí.
La intensidad de su mirada era realmente impactante. El zumbido de mi celular me obligó a apartar la vista. Al revisar la pantalla, me encontré con un mensaje de mi hermana.
***Emely***¿Por qué está Alexander ahí?
*