Mis recuerdos de la vida pasada me hacen comprender quien es, por lo que, me asusto al tener una visita no permitida por el cielo. Aunque a ella le importa poco romper las reglas solo para hablar con nosotros.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto aturdida.— No deberías hablarle así a tu amiga. — dice Freynhea.— ¿Amiga? ¡Freynhea, estas a cargo del mundo de los humanos y mira lo que me has hecho sufrir!— Muy bien lo dijiste, estoy a cargo del destino de los humanos, pero, ¿tú eres humana?— Yo…Freynhea tiene razón. El hecho de que me vea como humana, no quiere decir que lo sea. Por eso, no debe sorprenderme que ella no pueda hacer algo por mí y aunque pudiera, la tendrían muy vigilada para hacerlo.— ¿Por qué no viniste antes? — digo intentando levantarme, pero, Reymond lo impide.&mdas