18| Momento íntimo.
Itsac pateó la mesa con fuerza y la bebida de Helene se regó sobre el mantel blanco.
Toro le dio un trago a su vaso y se puso de pie.
— ¿Qué es lo qué pasó? — preguntó, pero el piloto parecía colérico.
Helen se preguntó si alguna vez en su vida lo vería tranquilo.
— Es verdad, Aeromaya tiene una denuncia, una grave — el rubio tenía el papel apretado con tanta fuerza en su mano que lo había arrugado — esto es su culpa, es culpa de Amadeus.
— Pero él también es dueño de parte de la aerolínea — inquirió Helene — no le conviene ¿no?
— Él solo quiere estropear mi administración, demostrarles a los demás accionistas que no puedo con el puesto. Está dispuesto a llegar a límites inconcebibles… como dejar tus fotos en la sala para que todos las vieran.
— ¿Crees que fue él? — le preguntó Toro, y él asintió.
— Claro que fue él, lo entendí en cuanto habló sobre los estudiantes.
— ¿Qué ganaría él con eso?
— Desprestigiarte, de alguna forma supo que nos casaremos, debe tener espía