Capítulo XLVII
Fernando
Tengo una semana que llegué a San Diego con Estheisy. Conseguí una casa hermosa, modesta, pero cálida, de esas que se sienten como un nuevo comienzo. Es fin de semana y venimos al centro comercial para comprar adornos navideños; ella camina feliz entre luces y esferas, mientras yo la observo en silencio, disfrutando el momento.
El martes tengo la entrevista en la empresa a la que envié mi currículum. Me siento confiado, tengo buenas referencias, experiencia, y sobre todo, las ganas de demostrar que puedo empezar de nuevo.
Supe por mi madre que Maximiliano me cerró las puertas, pero gracias a Gabriel, que es socio, me dio una referencia junto con otros dos socios cercanos… pude abrir caminos, todo a espaldas de Maximiliano.
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El martes llega más rápido de lo que imaginaba.
Frente al edificio de cristal siento una mezcla de nervios y determinación. Me acomodo el saco, respiro hondo y entro.
La recepcionista me recibe con una sonrisa amable.
—Hola, buenos días,