Capítulo LXIX
Camila
Estamos en los últimos preparativos del desfile.
Faltan solo unos días y todo tiene que quedar perfecto.
Me encuentro en la sala de juntas con el equipo de marketing, revisando cada detalle del evento.
La ansiedad me recorre el cuerpo: es mi primer desfile de esta categoría, de este nivel… y quiero que salga impecable.
***
Me veo en el espejo.
La tela del vestido cae como agua, brillante, elegante, perfecta…
Una sonrisa se asoma en mis labios, suave, inevitable, como respuesta a lo hermosa que me hace sentir.
Mi maquillaje me encanta.
Los tonos suaves en los párpados resaltan mis ojos, el delineado es preciso, y el labial nude le da equilibrio a todo.
Nada está de más.
Nada falta.
Acomodo mi cabello ondulado, asegurándome de que cada rizo caiga en su lugar, y salgo de la habitación.
Apenas cruzo la puerta, mis niños levantan sus caritas y, al verme, abren los ojos con una sonrisa que ilumina todo el pasillo.
—¡Mami! ¡Te ves preciosa! —dicen los dos al mismo tiempo