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Volando sin Alas - Al Borde 1

Volando sin Alas - Al Borde 1ES

Romántica
Mariam Abdulhay  Recién actualizado
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34Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

bxgPesimistaDulceRomanceCuracióndificultadesdestino

Emmet Wick trabajaba como un “Soporte de cuidados paliativos para personas en estado terminal” en una empresa privada luego de que las leyes contra la humanidad alargada y la moral en casos de sufrimiento extremo fueran cambiadas. Una cliente en particular cae en su jornada, un padre consternado busca de sus servicios para atender a la persona más importante de su vida, no sabía nada de ella además de que su nombre es Lía Clarkson y sus compañeros le advierten de la misteriosa mujer. Pero solicitaba sus servicios y prometía pagar el triple de su cuota estándar. Lía es cruda y sincera, ácida como lo sería cualquier paciente terminal con un tumor cerebral que la tortura empujando en su cabeza y que según el criterio médico está a punto de estallar. ¿Resistirá Emmet a ayudar a quien no se deja ser ayudada y sacar de una fuerte depresión a alguien que se regocija de su oscuridad? “Solo cuando realmente sabemos y entendemos que tenemos un tiempo limitado en la tierra, y que no tenemos manera de saber cuándo se acaba nuestro tiempo, entonces comenzaremos a vivir cada día al máximo, como si fuera el único que tenemos.” Elisabeth Kubler-Ross Historia original y hechos totalmente ficticios. ADVERTENCIA: Temática fuerte, menciones a: Autolesiones, Eutanasia, Sexo, Dolor agudo y lenguaje adulto.

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Volando sin Alas - Al Borde 1 Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • 34

    –LÍA–Me sentía aterrada dentro de aquella máquina, no era la primera vez que entraba en ella sin embargo nunca dejaba de sentir el mismo miedo. Estaba sola en un espacio que no tenía más de setenta centímetros de diámetro, el largo tubo se sentía como una minúscula jaula y aunque sabía que contaba con la total atención del doctor Braxton y de su equipo, tuve que obligarme a cerrar los ojos y respirar con calma, manteniendo el control de mi mente y recordandome que esto no tenía por qué estresarme, sólo era un procedimiento normal y corriente, todo acabaría pronto y sería más sencillo si me comportaba de forma correcta.–¿Estás lista, Lía?-- las bocinas dentro de la máquina de resonancia se hicieron eco sobre mi cabeza, era la voz del doctor.–Sí–dije con una voz que indicaba lo contrario.–Vamos a empezar, ¿Bueno?–Ujum– murmuré sintiendo mi corazón latir con fuerza. El sonido hizo eco en mis oídos e intenté dominar mi respiración y contar de forma mental hasta un número de tres cifr

  • 33

    –Parece que todo está bien– el doctor leía las pruebas realizadas y yo movía los dedos con nerviosismo mientras permanecía sentada dentro de aquella camilla. No me habían dejado poner de pie para otra cosa que no fuese ir al baño y nadie sabe lo desesperante que es que te aten una cama cuando has luchado para levantarte por un largo tiempo. –¿Quiere decir que ya puedo salir de aquí?-- pregunte esperanzada y él me regaló una sonrisa triste. Terminé encogiéndome dentro de mis hombros.–Ya confirmamos que el ataque de pánico ha sido superado exitosamente y tus valores están estables por completo, ahora queda atacar lo que realmente te trajo hasta aquí en primer lugar, ¿No lo crees?Asentí, sólo éramos nosotros dos y la enfermera en esa habitación, quien estaba quitándome las conexiones al brazo y aunque intentaba ignorarlo sin duda dolía un poco.–Cuánto antes mejor– afirmé.–Bien, me gusta esa actitud– dijo orgulloso el hombre que me conocía desde hacía años– Entonces empezaremos esta

  • 32

    –LÍA–No sé cómo lo logró, pero lo hizo.Emmet me escribió cuando estaba en la sala de espera del segundo piso, yo me encontraba en el primero por lo que cuando los guardias dieron la ronda no tuvo ningún problema en colarse entre pasillos y llegar a mi habitación en donde lo recibí con una sonrisa y las risillas de unos adolescentes que acaban de encontrarse a través de la ventana.–Estás realmente loco– le avisé mientras se sentaba junto a mi en la camilla.–Por ti– aseguró besando mi mejilla y haciéndome sonreír– Y por las gomitas, ¿Me das?-- me reí mientras compart&iacut

  • 31

    –LÍA–Abrí los ojos con esfuerzo. Me sentía atontada y un zumbido fastidiaba a mis oídos. Creí que era un mosquito y alcé la mano intentando apartarlo de mi oreja, fue cuando me di cuenta de que estaba siendo monitoreada por una máquina unida a mi dedo y una vía intravenosa en mi mano directo a una bolsa de lo que parecía ser solución fisiológica pero que seguramente tenía algo más.Me impulsé un poco en la camilla y un bulto a mis pies se movió. Era Emmet, estaba sentado en el suelo al final de mis pies y me miró con sus ojos muy abiertos y bolsas bajo estos, el cabello lo tenía revuelto y los labios bastante quebrados, quizás de no hidratarse lo suficiente o de morderlos ante los nervios.–Lía, por fin– dijo sonando aliviado, su voz también sonaba muy ronca. Parpadeé de forma lenta, me di cuenta de que debían haberme dado algo para que estuviera tan mareada.–¿Qué…pasó?-- mi voz no se sentía mía, tenía una profunda sed y Emmet pareció leer mi mente puesto que junto con ponerse de pi

  • 30

    Dos días después luego de desayunar y entrenar por cuarenta minutos -por su petición no por mi exigencia– terminé acompañándola a la cita con el oncólogo. Me sentía realmente nervioso y dudaba ser una buena compañía pero me alegraba que Lía hubiese contado conmigo para algo tan importante, así que por nada del mundo me negaría.El doctor Braxton era uno más de la camada de médicos a bordo del caso de Lía. Ella estaba nervioso, era obvio, y se encogía bajo el sueter de cuello alto y manga larga color blanco que decidió utilizar junto con un pantalón de chandál color negro y zapatillas a juego. Su cabello estaba atado en un moño de bailarina sobre su cabeza con ciertos cabellos del frente cayendo sobre su cara, se había maquillado poco y decidió usar gafas para el sol aún cuando el día era bastante frío y los rayos no quemaban. Entendía que quisiera algún escudo ante la realidad y ahí estaba yo para acompañarla.Decidió no contárselo aún a su padre, no había encontrado la fuerza para ha

  • 29

    –El único objetivo eres tú, Lía– aseguré tomando su barbilla, temblaba mientras mordía su labio interior e intentaba contener el llanto– Yo siempre voy a estar para ti, cariño, no necesitas estar sola para sentirte independiente, Lía, ¿De qué hablas? ¿Sabes lo fuerte que eres? ¿Lo valiosa que eres? Mírate, estás logrando mucho por tu cuenta, ¡Tú sola! Yo sólo te sostengo, tu psicóloga sólo te escucha, tu papá y Cris sólo te apoyan… Lía, la magia está dentro de ti– Me perdí en sus ojos achocolatados por un momento antes de continuar– Existe la posibilidad de que sea en vano, sí, es cierto, ¿Pero cuánto de ti no está dispuesto a correr el riesgo? ¿Cuántas veces tú, la gran abogada, la doctora Lía Clarkson, no ha corrido riesgos? Aquí la única beneficiada serás siempre tú, y por ende, todos nosotros quienes te queremos con el alma y haríamos lo que sea por nunca perderte.–Por favor… Emmet, bésame– pidió y no dudé en hacerlo, no pude evitar sentir su tristeza y su miedo y sí, yo me sentí

  • 28

    Mentía. Sí me asustaba. No, no me asustaba, me aterraba la idea. Lía había entrado con un buen semblante de su sesión de terapia. Entré unos quince minutos antes que ella a la casa y me bastó el tiempo para mostrar cierta normalidad a la hora de su llegada. Luego, Crisálida nos había invitado a ayudarla con la preparación de unas pizzas para la cena, se me hizo imposible negarme y Lía no dudó en aceptar, así que, media hora después sonriendonos y charlando sin darnos un corto beso apenas ahí estábamos en la cocina ensuciandonos de harina mientras Cris nos enseñaba la manera correcta de amasar. Mis manos querían amasar otra cosa ocultas bajo un lindo vestido negro con impresiones de cerezas pequeñas y un escote profundo en forma de triángulo que me dejaba ver los regordetes pechos de mi chica. La mujer salió al patio a buscar algunas hojas de albahaca que agregaría a la pasta de tomate, en ese momento aproveché para estirar mi mano y tomar la nuca desnuda de Lía quien se había anuda

  • 27

    –EMMET–Mis ojos estaban la mayor parte del tiempo encima de ella. Lía era realmente fuerte, testaruda y caprichosa y aunque se estaba esforzando realmente mucho en su mejoría física, no podía evitar notar un deje de tristeza en sus ojos. Desde lo ocurrido con su madre, en su semblante había una oscuridad que por mucho que intentara ocultar y que me gustara cuánto se esforzaba en esa tarea mientras hacíamos el amor, yo no podía dejar eso así cómo así.Besó mis labios cómo se nos había hecho costumbre al despedirse de mí. Tenía cita con la psicóloga y yo aprovecharía el tiempo para tener una reunión que no podía seguir aplazando.Tras ducharme y tomar lo primero que vi para vestirme, anudaba mis zapatos y veía mis propios dedos temblar. Respiré hondo, no podía acobardarme. –Cris, daré una vuelta– le avisé a la mujer quien limpiaba la sala– Volveré antes de que Lía llegue.–Claro, cariño, ve– dijo con una sonrisa dibujada en el rostro. Ella no sabía lo de nosotros, o eso pienso. Era

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34 chapters
1
Volando sin Alas - Al Borde 1/Mariam Abdulhay
La sedación mortal es uno de los procedimientos más utilizados en la sociedad actual para causar la muerte a un paciente en estado terminal con el fin de evitarle dolores infructuosos; de esta manera se le impiden molestias físicas y psicológicas producidas por su enfermedad. El gobierno ha permitido a pocas entidades privadas encargarse de dar dignas muertes a enfermos terminales con el propósito de detener su sufrimiento y darle un fin honrado a sus vidas con autorizaciones de los doctores de el paciente y, además, el familiar correspondiente. La palabra “Eutanasia” simboliza la unión de “Buena” y “Muerte”, es básicamente eso. Luego de que mi abuela muriera a los cincuenta y siete años con una mezcla de cáncer que comenzó por un bultito en su seno izquierdo y que terminó causando una metástasis que amenazó sus órganos, incluido el corazón le prometí a su memoria el hacer lo que estuviera en mis manos para aliviar a otros que, como ella, sufrían tortuosamente. Ella sufrió, s
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