Céline pasó gran parte de la mañana entre llamadas, diseños y aprobaciones. Pero mientras revisaba unas muestras para la próxima campaña, la imagen de Elian volvió a su mente.
Faltan solo dos días para su cumpleaños. Había insistido tanto con ese parque temático alpino en Saint-Gervais —uno con trenes de nieve, zoológico de invierno y simuladores espaciales— que Céline no podía ignorarlo más. Kilian también lo había prometido meses atrás, en uno de esos días en que todo parecía ir cuesta abajo.
Ahora que todo iba mejor, parecía el momento perfecto.
Reservó con eficiencia suiza: hotel boutique con chimeneas para los niños, entrada VIP al parque, y una cena especial de cumpleaños con vista al Mont Blanc. Solo estarían fuera tres días. Regresarían justo un día antes de que Elian comenzara sus actividades escolares… y sin saberlo, un día antes de que todo cambiara.
Cuando Kilian llegó a casa esa tarde, lo recibió con una taza de chocolate caliente, una sonrisa y la noticia:
—Hice una rese