Capítulo 11
Paula se quedó helada, se cubrió la cara adolorida por la bofetada y miró a Diego sin poder creerlo.

—¿Diego, me estás pegando por esa Omega?

Con todas las miradas del café encima, Diego parecía derrotado y cansado. Cerró los ojos un instante y, con voz grave, respondió:

—Paula, te he aguantado tanto tiempo porque te prometí que te cuidaría y repararía el daño que sufriste. Pero eso no significa que puedas seguir pisoteando mis límites, y mucho menos que lastimes a Fiona.

Después de decirlo, se volvió hacia mí y, por primera vez, su rostro mostró una disculpa y una ternura sin disimulo.

—Vete a casa, yo me encargo de todo.

Asentí, no quería seguir siendo parte de ese espectáculo.

Pero Paula volvió a estallar, se me plantó enfrente y me bloqueó el paso.

—¡No te vayas! —soltó, con los ojos enrojecidos y las lágrimas rodando por la cara—. Fiona, solo quiero saber una cosa: ¿es verdad que ya no lo amas? ¿Que lo dejaste ir por completo? Dime la verdad y te juro que no te voy a molestar nunc
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP