CAPÍTULO 150: EL DIAGNÓSTICO DE LA BRUJA
Erik
El silencio en la habitación es insoportable. Solo se escucha la respiración pausada de Hazel y el retumbar furioso de mi propio corazón. Camino hasta la ventana y apoyo las manos en el marco, tratando de contener la furia que amenaza con consumirlo todo. Afuera, la noche se extiende hasta el horizonte, pero no encuentro alivio en la oscuridad.
Las brujas. Si Rosie tiene razón, si ellas tienen algo que ver con esto, entonces las haré pagar.
—No puedes ir solo —dice Rosie a mi espalda con tono firme, adivinando mis intenciones antes de que las diga en voz alta.
Me giro hacia ella con los ojos aún rojos por la ira.
—No tengo tiempo para formar un maldit0 comité, Rosie. Hazel lleva tres días en este estado y ahora su piel es impenetrable. Dime tú si eso es normal.
Rosie aprieta los labios, pero no se echa atrás.
—No, no lo es, pero eso solo significa que hay más razones para pensar antes de actuar. Si esto es cosa de brujas, necesitas un plan