No soy quien crees

 - Eres tú –me responde él tan sorprendido como yo

Por unos segundos, nos quedamos mirándonos sin saber muy bien lo que está sucediendo. Estamos congelados en este pórtico. No me lo puedo creer, con tantas personas y tantos lugares en el mundo ¿cuáles son las probabilidades de que nos volviéramos a encontrar después de anoche?

En verdad es algo que me ha tomado completamente por sorpresa. Ni siquiera llegamos anoche a intercambiar nuestros números. Recuerdo haber pensado que no volvería a verlo otra vez. Esto es increíble.

La niña nos mira una y otra vez confundida, no la culpo, yo también lo estoy y mucho.

 - Papi ¿por qué estás mirando así a Nicole?

 - Conque Nicole ¿eh? –me dice en un tono raro como de sospecha

Por supuesto que el nombre de mi hermana tenía que venir al tema. Parece ser que, cuando más quiero olvidarme de ella, más me la recuerda el universo. 

 - ¿Qué demonios está pasando aquí? –me pregunta

 - Papi, no podemos decir malas palabras, me lo dijiste una vez

Contrariado, niega con su cabeza de un lado a otro y saca un billete de un dólar de su cartera para entregárselo a la niña.

 - Perdón, cariño, tienes razón –levanta su vista hacia mí nuevamente- ¿puedes explicarme qué está pasando? ¿no se suponía que te ibas?

 - Bueno, la verdad, yo nunca dije eso, te dije que había venido por un trabajo, lo de marcharme lo supusiste tú siempre. Asumiste bastantes cosas

 - Evidentemente

 - Papi, estás siendo raro –le reprocha la niña- vas a asustar a Nicole

Una vez más, la niña me llama de esa forma haciendo que todo mi cuerpo se estremezca. Tengo que hablar con Nate y explicarle todo, claramente están pensando que soy otra persona.

 - No te preocupes –le digo a la niña- tu papá no es tan aterrador como aparenta ser, además, yo no me asusto tan fácil 

 - ¡Estás contratada! –afirma la niña con una gran sonrisa

 - Alto ahí pequeña, esa no es una decisión que tú puedas tomar –hace una pausa y se dirige a mí nuevamente- mi madre es quien cuida de ella mientras yo trabajo, así que de ella depende que te contratemos o no, ahora mismo no está en casa, pero debe estar al llegar en cualquier momento

 - Sí, mi abuela me enseñó tus fotos, pero te ves más linda en persona

Bueno, al menos algo de crédito me acaba de dar. Si Nicole pudiera escuchar esto, estoy segura que no se lo tomaría muy bien. Punto a mi favor.

La niña se acerca más a mí como si me estuviese inspeccionando. Debo decir que es bastante desenvuelta y parece ser dulce.

 - Te ves un poco diferente que en las fotos, igual, pero diferente

Vaya que puede llegar a ser observadora ¿cómo puede darse cuenta? Nicole y yo somos casi idénticas. Solo las personas que han pasado mucho tiempo con nosotras saben identificarnos sin tener que fijarse en el lunar que yo tengo en la clavícula y que ella no.

 - No seas grosera, Alma –le dice Nate indicándome cuál es su nombre- no está bien mirar tan fijamente a una persona que no conoces. Vamos, entremos, así podrás esperar a que llegue mi madre

Sigo a Nate hasta el interior de la casa. Es preciosa, lo primero que transmite es la sensación de estar en un hogar, es cálida y acogedora, solo que está llena de juguetes por doquier.

 - Papi, mostrémosle la casa

Nate me mira alzando una ceja como preguntándome si estoy de acuerdo o no.

 - Me parece una idea fantástica

La primera parada es el cuarto de Alma. Lo primero que me llama la atención es la casa de juegos tan enorme que tiene en forma de castillo.

 - Sí, es bonita, papi me la construyó

En cuanto escucho sus palabras, miro a Nate con la boca abierta, está tan llena de detalles y es tan hermosa. Tuvo que haberle dedicado horas y horas. Se nota con facilidad que es un gran padre y que se preocupa por su hija.

 - No es nada, en serio –me dice al darse cuenta de mi reacción

 - Es impresionante –es todo lo que puedo decir

 - Gracias –me responde apenado

Finalizamos en recorrido cuando llegamos a la cocina. Es preciosa y está equipada con todo lo necesario y más. Amo la cocina, de hecho, tenía pensado pasar la escuela para hacerlo de forma profesional después de la boda, pero ya vimos cómo terminó eso.

 - ¿Te gusta cocinar? –me pregunta Alma

 - Me encanta

 - ¿En serio? A mí también, solo que no soy muy buena en ello y mi papi tampoco –inmediatamente, las mejillas de Nate se enrojecen- la semana pasada casi quemamos la casa intentando hacer unas galletas

 - Yo hago unas galletas de chispas de chocolate increíbles

 - ¡Por favor, por favor, haznos unas!

 - Alma, no puedes pedirle que haga eso, todavía no trabaja aquí –le reprende él

 - Está bien, puedo hacerlo, sin compromisos –le respondo

 - ¡Sí!

Nuestros ojos se encuentran mutuamente y siento como la ráfaga de mariposas en el estómago comienzan a inundarme por dentro. Es exactamente igual a la noche anterior, como si nada hubiese cambiado.

Supongo que, si me aceptan para este trabajo, además de mi historia personal, tendremos que conversar sobre ese beso y sobre nuestro encuentro en general.

Según mi perspectiva, no fue algo como para tomárselo a la ligera y necesitamos aclarar cómo abordaremos ese tema. Eso me aterra, me gusta demasiado como para hacer que no ha sucedido nada. Espero que no me lo pida. 

Sin perder más tiempo, nos ponemos manos a la obra. Yo me encargo del trabajo duro, Nate de buscarme los ingredientes y utensilios y Alma de tareas pequeñas que no supongan un peligro para ella.

A medida que pasa el tiempo me voy sintiendo más alegre y bienvenida aquí. No puedo parar de sonreir al verlos a los dos trabajando como un equipo, es evidente que se llevan muy bien.

En cuanto están listas las galletas y frías, Nate toma una de ellas y le da un bocado dejando escapar un gemido involuntario de placer en cuanto la prueba.

 - ¿Están buenas? –le pregunto riendo

 - Compruébalo tú misma

Mi corazón se detiene en cuanto veo cómo me acerca su propia galleta para que la pruebe mientras me mira a los ojos con un desafiante movimiento de ceja.

Sin decir ni una sola palabra, dejo que Nate me dé a probar un bocado de su propia mano y de inmediato, el azúcar explota dentro de mi boca. Su mirada baja hasta mis labios haciendo que el color suba a mis mejillas en el momento preciso que trago.

 - ¿Te gusta?

No creo que vaya a poder hacer esto si todo lo continúo entendiendo con un doble sentido. Con mucho esfuerzo, deja mi boca para enfocarse en mis ojos.

 - Sí, mucho 

 - Están deliciosas, tienes que enseñarme todo lo que sabes

La voz de Alma resuena por toda la habitación, haciendo que nos sobresaltemos un poco al vernos obligados a salir de la burbuja en la que estábamos metidos.

 - Gracias por esto, en verdad nada te obligaba a hacerlo. Tengo que admitir que fue un poco divertido

 - ¿Solo un poco? –le pregunto juguetona

 - No te preocupes, viniendo de papi es un cumplido

Cuando termina de comer, Alma se dirige a su cuarto dejándonos completamente a solos y un nudo nervioso se forma en mi garganta, pero creo que este es el momento perfecto para contarle acerca de…

 - Hemos tenido un tiempo difícil Alma y yo con temas relacionados con su madre, nos ha hecho mucho daño –las palabras de Nate interrumpen mis pensamientos

Se queda mirándome como si estuviese sorprendido por su propia confesión mientras intenta buscar una respuesta en mis ojos.

 - ¿Por qué me miras así? 

 - Porque, casi siempre, cuando cuento que soy padre soltero y que me ocupo de la niña, las personas quieren saber la historia completa

 - Bueno, creo que es un tema muy delicado, no me gustaría presionarte

 - La verdad, es un tema bastante difícil de abordar

 - No tienes que decirme nada si no quieres hacerlo

 - Muchas gracias, aprecio mucho tu empatía

Su boca se curva en una pequeña sonrisa de agradecimiento mientras se acerca a mí permitiendo que su colonia llegue a mí, una vez más, inhalo esa esencia a madera que va tan bien con él.

 - Hay algo más sobre lo que debemos hablar antes que llegue mi madre –dice casi en un susurro- si hubiese sabido anoche que serías la niñera de Alma, no habría…

Oh no, justo lo que me temía. Está titubeando, pero no me hace falta que termine para saber a qué se está refiriendo.

 - Fue algo poco profesional, si mi madre llega a contratarte, no puede volver a ocurrir

Intento ignorar cómo mi corazón se encoge de golpe y cómo siento una punzada en mi estómago, pero fracaso totalmente.

 - Eres difícil de ignorar, eso será un gran problema para mí –dice con sinceridad y me hace sentir un poco de esperanza

 - En ese caso, no me ignores

 - Necesito velar de Alma

 - ¡Hola! ¿eres Nicole, verdad?

Una mujer entra con una gran sonrisa cargada de bolsas de compra, definitivamente es la madre de Nate, tienen un gran parecido, sobre todo cuando sonríen.

¿Cuántas veces tendré que escuchar el nombre de la zorra de mi hermana? Me dispongo a explicarle la situación, pero el teléfono de Nate comienza a sonar y sale de la cocina inmediatamente.

 - Vamos al comedor, ahí podremos hablar con más discreción –me dice amablemente y le sigo, una vez sentadas, me pregunta- Entonces, Nicole, cuéntame un poco más sobre ti

No puedo permitir que esta confusión continúe creciendo con el paso del tiempo. Este es el momento perfecto para contárselo. Necesito comenzar con el pie derecho aquí y, para ello, necesito sinceridad.

 - Bueno, en realidad, tengo que contarle algo –hago una pausa para respirar profundo y continúo- en verdad, no soy quien usted piensa…

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