Justo cuando llegamos a la entrada del baño y estuvimos fuera de la vista de su familia, me rodeó la cintura con su brazo, atrayéndome más hacia él, haciendo que nuestros cuerpos rozaran el uno con el otro.

En cuanto entramos, me conduce directo hacia uno de los cubículos y se asegura de cerrar la puerta para luego, presionar mi espalda contra la pared.

Acerca su cabeza hacia mí y, en cuestiones de segundos, tengo sus labios contra los míos, reclamándome una y otra vez, dejándome sentir el deseo que se quedaron en ellos esta mañana y enredando sus dedos en mi cabello, jalando de él firmemente.

Ante su ataque de pasión desmedido, no me queda otro remedio que reaccionar de la misma forma, su olor, su piel, su roce, su lengua, no me dejan otra salida que hacer lo mismo con él, es como si todos mis sentidos se desenfrenaran.

Las ansias me consumen mientras paso mis brazos por alrededor de su cuello, jugueteando con su cabello devolviéndole el beso con una intensidad casi