Antonio iba detrás de mí. Vestí sencilla para acudir al tribunal, franela gris y jean azules. En cuanto me tocó pasar descubrí a Gary en el fondo, de pié, vestido de gris, las manos en los bolsillos.
-Buenos días.-Saludé. Hernán ya estaba adentro y se levantó al verme.
-Buenos días, ha llegado a tiempo.
-¿Todo está listo?
-Sí, tomé asiento.
Me señaló una silla, Gary se acercó un par de pasos, un juez charlaba con alguien de su oficina.
-Paz, paz Antonio-Le dijo Gary.-¿cómo estás?-Se dirigió a mí.
-Bien ¿y tú?
-Bien. Quería hablarte al salir de aquí sí se puede.
-A solas no.-Respondió Antonio.
-De acuerdo.
El juez por fin se colocó en su posición, habló dos cosas con H