Narra Camila
La verdad tengo muchas ganas de ver a mi mejor amigo, lo extraño mucho, él que me estaba tendiendo la mano para ayudarme a un refugio lejos de toda esta mier**a, sin embargo, mi madre me descubrió y… bueno ya conocen el resto. Realmente todo esto es una pesadilla, del cual en verdad me gustaría despertar, y siento que algún día sea así. Sólo que no cuento con la ayuda de nadie y espero si poder contar con Daniel.
El sonido del timbre me saca de mis pensamientos, miro a esa mujer odiosa y me mira con suficiencia, lo que significa que no abrirá.
¡Genial!
Me levanto de la silla y abro la puerta y la verdad me sorprende ver a quien se supone es mi esposo.
—Dante. —Digo dándole paso para que entre.
—¿Estás sola? —Me pregunta y yo niego.
Estaba por responder, cuando esa mujer se adelanta.
—Sr. Ríos, es un gusto conocerlo, soy… —Se queda callada cuando ve que no le hace caso en lo absoluto. Y me alegro por ello. Quisiera reírme, pero sé que después se quejará con mi madre. Y no