Olivia estaba encantada con sus vacaciones, las mejores que uno podía siquiera imagina, habían probado cada plato, habían visitado lugares, precioso y el clima que adoraban se reflejaba en todo su cuerpo. Sebastian y Olivia estaban recibiendo un masaje que era o que hacía falta para hacer del viaje perfecto.
—¿Qué quieres hacer hoy?—Comer—Respondió Olivia y él sonrió de inmediato. — Me encanta la comida de aquí.—Cuidado cuando vuelves no logras meterte en los pantalones—Dijo Sebastian y ella levantó la cabeza.—Estoy engordando.—No, pero la comida acá es rica en calorías y te gusta lo rico en calorías, con queso o demasiado dulce. Has comido demasiados postres en todo el viaje.—Quiero abrir una pastelería.—Serías la mejor de la ciudad—le apoyó Sebastian.—Bueno, quiero ir a un curso de cocina y terminar la universidad, luego tal vez sacar un préstamo y…—Vas a sacar un préstamo—repitió.—Sí, como todos.—Olivia…—Pong