Sebastian y Olivia estaban metidos en una tina con agua caliente, se habían vuelto locos y habían disfrutado des los últimos tres días en Aspen que era impresionante, Sebastian había trabajado muy poco y Olivia descansaba mucho, estaba como en el paraíso, disfrutado del clima helado, los deportes extremos y del hombre al que amaba.
—¿Sebastian, puedes mover tus manos de mis senos?—¿Qué tienen de malo? Son senos preciosos.—Lo sé, son los más lindos que has visto y tocado, pero ya —Sebastian le besó en el cuello y puso sus manos sobre el abdomen de Olivia.—¿Podemos hablar de futuro?—Dime…—Respondió Olivia y se volteó un poco para mirarle a los ojos.Sebastian suspiró asustado y dijo:—Olivia, quiero adoptar a Mily.—¿Vas en serio?—Quiero que formemos una familia y Mily es parte fundamental y amplia de nuestras vidas.—Sebastian.—Yo quiero casarme y tener hijos contigo. La mesa llena de los domingos y castig