Mujer tonta.

Afortunadamente, Isabella y Emiliano no se lastimaron, ya que, para asombro de Isabella, ellos estaban en una cabaña que no había visitado nunca, a diferencia de lo que se imaginó; creyó que estaban en la mansión Sued, la cual tiene cuatro niveles y de Emiliano haber sido arrojado del último piso no hubiera quedado nada de él.

—¡Desgraciado! ¿Cómo se atreve? — rabió Isabella al darse cuenta de que Blas seguía jugando con su salud emocional al hacerle creer que el niño moriría al ser arrojado por la ventana.

—¡¡Vayan por ella!!— le ordenó Blas a su gente y los dos hombres salieron al terreno abierto a buscarla.

Los maleantes vieron como ella iba cojeando, estaba lesionada y no podía correr tan rápido como quería dándole facilidad a ellos que fueron ágiles y la atraparon llevándola inmediatamente de vuelta con el anciano.

Blas se encontraba frente a ella riendo con carcajadas fuertes y molesta al saber cómo ella se mostró tan preocupada por Emiliano, y aunque él reía para no mostrarle
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