POV de Fredric
El apartamento de Paula olía fuerte: una mezcla de alcohol, perfume barato y algo dulce pero penetrante. Me senté en la silla, mirando la pantalla del portátil que mostraba un viejo titular:
“La muerte de Mathilda, la querida nuera del magnate Ruth Abraham Jones, en un trágico accidente.”
Respiré hondo, ahogándome en mí mismo. Era absurdo: veía esa noticia todos los días, pero la realidad seguía doliendo igual.
 ¿Por qué tuviste que irte, Mathilda?
—¡Oh, fuck! —gritó Paula.
Soltó una risita mientras llenaba una cucharilla con polvo blanco, y yo solo maldije en silencio.
—¡Fred, mira esto! —dijo, acercando la cuchara a la nariz—. ¡Tienes que probarlo! ¡Es… increíble!
La observé sin decir palabra, centrado en el portátil. Mis ojos se detuvieron en las fotos antiguas de nuestra boda: sonrisas que una vez hicieron que el mundo pareciera lleno de luz. Ahora no eran más que sombras, recuerdos casi irreales.
Paula se encogió de hombros y volvió a aspirar su cocaína, riendo con