El arqueó nuevamente una ceja.

-Ven conmigo.

Comenzó a caminar hacia la salida y yo lo ignoré. Me giré hacia mi manada.

- El almacén tiene lo necesario y me imagino que nadie ha comido en todo el día. Sé que tal vez nadie tenga ganas de de hacerlo, pero aún así necesitamos comer. Bib, ¿Podrías cocinar algo ligero para todos? También hay que alimentar a los enviados del Alfa Supremo, así que ten presente eso...

De pronto fui levantada y arrojada sobre un hombro.

Tardé en reaccionar de la impresión, pero en cuanto lo hice comencé a golpear la espalda de mi captor.

-Quieta, pequeña Luna. - Reconocí la voz del lobo insensible y gruñí.- Guarda las garras hasta que salgamos.

Abrió la puerta principal y se echó a correr conmigo encima. Miré hacia el salón principal mientras nos alejábamos.

No sabía si indignarme o preocuparme porque mi manada ni siquiera parecía preocupada porque me estuvieran raptando.

Intenté en vano que me soltara durante los dos minutos que le tomó baj