Capítulo 24. 
Yo no moriría aquí y esa era una certeza de la que estaba segura sin saber por qué.
  Volví a tranquilizarme a pesar de que por mi cuerpo corría fuertemente la más pura adrenalina.
  Abrí mis ojos y observé al lobo que tenía encima. Me mostraba los colmillos y se preparaba para clavar sus garras en mi vientre.
  Algo captó mi atención por el rabillo de mi ojo. El cuarto lobo había tomado el cuerpo de la pequeña Alina.
  -¿Qué premio tenemos aquí?
  Mi sangre hirvió.
  No supe cómo, pero de alguna parte saqué fuerzas suficientes como para levantar la mitad de mi torso, desequilibrar a mi oponente y clavar mis garras en su cuello.
  -¡Déjala! - Gruñí apartando de mí al lobo que sujetaba su cuello.
  El tipo me miró divertido antes de echarse a correr con ella en brazos.
  Me transformé y con mis patas temblorosas corrí detrás de él.
  Se internó en el bosque y podía escuchar su risa divertida mientras yo avanzaba a toda la velocidad que me podía dar la adrenalina.
  De pronto dejé de es