Capítulo 194.
Esperé a que terminaran de comer mientras miraba por una de las ventanas del lugar.
Cuando vieron que efectivamente no iban a morir o estar drogados por lo que comían, comenzaron a llevar alimento en grandes cantidades hacia su boca.
Los cachorros sobre todo.
Yo no los juzgaba. Nunca había pasado realmente hambre, pero entendía que su situación había sido mala y no verían una mirada extraña de mi parte.
Una media hora después, finalmente comencé con el interrogatorio.
-Lo primero que haremos será hacer una lista para poder devolverlos a todos a casa. ¿Alguno de los cachorros son de ustedes?
Ellas negaron con la cabeza, así que me dirigí directamente a ellos.
-¿Saben en dónde están sus madres?
Sin respuesta.
Una de las lobas levantó su mano temblorosamente.
-¿Si?
-Yo estaba en... en el mismo grupo que los cachorros. - Dijo con un escalofrío. - Nos vendieron al grupo en el que nos encontró. Ellos, por lo que sé, no saben quiénes son sus madres porque los separan al nacer y