Giró su cabeza hacia mí y lo consideró.

-No sé si sería una buena idea, pequeña loba. - Dijo despacio y yo asentí dándome la vuelta por su rechazo. Sin embargo me detuve al escuchar su voz nuevamente. - No me malinterpretes, no es que no quisiera aprender, simplemente es un conocimiento que dudo utilizar... sobre todo porque no sabría en dónde conseguir un instrumento propio.

-Puedes tomar el mío cada que quieras. Incluso después de que regreses a tu manada podrías venir de visita de vez en cuando. Siempre serás bienvenido aquí... si es que sigo siendo la Luna de esta manada, claro está.

-¿No confías en nuestras lecciones?

Giré la cabeza solo un poco. Él seguía con los ojos cerrados, pero ahora parecía divertido y no malditamente perdido.

Objetivo cumplido, suponía.

-No es que dude de nuestro tiempo juntos, es solo que sé que el Alfa Supremo es el lobo más poderoso de todos en el continente. Para mí sería un logro el simple hecho de solo rozarlo con mi puño pero soy reali