POV Elara

Nunca había sentido el castillo tan silencioso. Era como si las paredes, siempre vivas con pasos, voces y órdenes, hubieran retenido la respiración. La noticia del desmayo del rey se extendió como un susurro, pero no uno alarmante, sino uno cargado de ese temor contenido que solo los palacios conocen; nadie dice nada… pero todos lo saben.

El pasillo hacia los aposentos del rey estaba vacío cuando llegué. El eco de mis pasos parecía irrespetuoso, demasiado ruidoso en medio de la tensión. No buscaba a nadie en particular, pero mi instinto me guiaba hacia él. Hacia Leonard. Y lo encontré.

Sentado en una banca de piedra frente a una de las ventanas altas. La luz, tenue como si también ella estuviera enferma, caía sobre su perfil rígido. Tenía la espalda encorvada, los codos apoyados en las rodillas y el rostro hundido entre las manos.

Nunca lo había visto así. No devastado… sino roto.

Me detuve, sin saber si debía acercarme. Algo en mí me decía que aquel era un momento demasiado