Palabras inoportunas.
POV Elara
Podía descansar, podía respirar, me recosté en la cama para cerrar mis ojos, necesitaba solo un momento para…
Escuché unos pasos y abrí mis ojos de golpe, me senté en la cama y miré hacia la puerta. Me asusté porque no eran los pasos tranquilos y controlados de los sirvientes ni los arrastrados de Lady Mirenia; eran firmes, urgentes.
Tragué sonoramente y de la pada ¡PUM! la puerta se abrió de golpe. Leonard apareció en el umbral, me miraba con sus ojos de par en par. Llevaba el cabello algo despeinado, el ceño fruncido y los ojos encendidos por una mezcla de angustia y enojo.
Como si hubiese corrido desde donde estaba hasta aquí.
—¿Qué demonios fue eso? —exclamó sin siquiera saludarme.
—¿Qué fue qué? —pregunté levantándome de la cama arqueando una ceja, aunque mi corazón dio un salto.
Leonard cerró la puerta con fuerza, caminó hacia mí y, antes de que pudiera retroceder, me tomó de los brazos con firmeza.
—¿Qué dijo mi padre? —susurró, mirándome directamente a los ojos—. ¿Qu