POV Elara

Solo podía pensar en mis hermanas, mi corazón arrugado por saber que estoy siendo arrastrada a un lugar desconocido y no pude despedirme de ellas.

¿Qué más dolor necesitaba pasar? Mi propia madre me ha entregado, no le importé.

Nunca pensé que mi vida pudiera romperse en un instante. De solo pensar en el bullicio de la plaza, las miradas de las personas, la bofetada que recibí de mí madre que aún resonaba en mis mejillas por el ardor, pero lo que había ocurrido minutos antes parecía un mal sueño del que no lograba despertar.

Mientras caminaba a no sé dónde, porque este desconocido me llevaba con él. No podía sacarme la imagen de mi madre, ella… Mi propia madre, sin un titubeo, me había entregado como quien entrega un saco de papas que ya no sirve. Una apuesta perdida, un juego que jamás comprendí, y yo era el pago.

¿No se sentirá mal? Saber que va a volver a casa sola mientras yo estaría al lado de un hombre asqueroso que podría hacer lo que se le antojara conmigo, ¿no senti