POV Leonard
Nunca me gustaron las visitas que duraban más de lo previsto. No porque detestara la hospitalidad, claro que no… me eduqué para dominarla, sino porque tarde o temprano, la cortesía terminaba convirtiéndose en una máscara pesada. Y esta, en particular, se me estaba resquebrajando.
Amarán debía haberse marchado hace tres días. Sin embargo, cuando Valentín entró a mi estudio con esa expresión entre cautelosa y resignada, ya presentía lo que iba a decirme.
—Su Alteza —comenzó, ajustándose el guante—. El príncipe Amarán ha solicitado permanecer unos días más en Dalmora. Dice que su brazo aún no se encuentra del todo recuperado.
—¿Su brazo? —pregunté, cerrando el libro que tenía frente a mí.
—El mismo que fue… rozado durante el duelo, mi señor.
Uno que ha sanado, el médico me lo dijo. Mañana debería irse y ahora pide más días para estar aquí, me resultaba una broma o un insulto.
—Y bien —continué, sin apartar la vista de la ventana—. ¿cuántos días más pretende quedarse?
—No lo