(POV: Ishtar)
El arroyo nos sirvió de guía durante casi una hora. No hablábamos mucho. Harold iba unos pasos delante, consultando el mapa cada tanto. Se movía con seguridad, casi como si ya conociera el terreno. A mí me parecía que cada árbol nos miraba distinto. Como si el bosque tuviera ojos.
—Parece despejado —dijo sin detenerse—. La zona siguiente es más rocosa. Esté atenta.
—¿Siempre das indicaciones como si fueras mi niñera? —murmuré.
—Solo intento evitar que se estrelle, señorita —replicó sin mirar atrás.
No repliqué. Porque justo después, me tropecé.
La humedad era espesa, y el aire parecía pegarse a la piel. A lo lejos, un crujido. Ambos nos detuvimos al instante. Harold levantó una mano, señalándome que no hiciera ruido. Desde los arbustos, surgieron tres figuras vestidas con armaduras ligeras y emblemas rojos en los brazos: Ordo Nex.
No eran híbridos. Eran humanos. Pero no por eso menos letales.
Uno de ellos levantó su arma.
—Contacto visual. Neutralícenlos.
Me lancé a la i