(POV: Ishtar)
Mike cayó.
Sus últimas palabras todavía flotaban en el aire cuando su cuerpo, marcado por el tatuaje incandescente que aún chispeaba en algunas zonas, se desplomó contra mí. Me arrodillé con él entre los brazos, sosteniéndolo como si pudiera impedir que su alma se apagara por completo. Sus labios se entreabrieron, pero no salió más sarcasmo, solo un suspiro largo… y el silencio.
—¡Adriian! —grité, con la voz quebrada—. ¡Harold!
Ambos llegaron segundos después. Adriian tenía fuego negro aún rodeándole las manos, el ceño fruncido como si cada segundo fuera una batalla interna. Harold se agachó inmediatamente a mi lado, evaluando a Mike con una rapidez clínica.
—Está vivo —dijo—, pero su cuerpo está al límite. No va a aguantar mucho si no estabilizamos el tatuaje.
—El equipo de apoyo Aqua viene en camino —intervino Adriian. Sus ojos recorrieron la destrucción a nuestro alrededor—. No podemos quedarnos mucho tiempo más. La ciudad sigue ardiendo.
Pocos minutos después, un gru