(POV: Mike)
No podía respirar, o al menos eso creía. El aire ardía como metal fundido en los pulmones, y cada latido era un golpe violento que sacudía mis costillas desde dentro. Mis músculos temblaban, desgarrándose al tratar de contener una energía que ya no respondía a mí. El tatuaje sobre mi piel vibraba con rabia, como una serpiente envenenada a punto de morder incluso a su portador. No era furia. Era desesperación. Era dolor filtrado a través de cada célula. Era el pasado regresando con garras más afiladas que nunca.
Frente a mí, de pie entre las ruinas y el polvo de la ciudad que acabábamos de destruir, estaba ella.
Ishtar.
Pequeña. Firme. Brillante. Un faro obstinado que se negaba a ceder ante la tormenta.
Y mi primer impulso fue destruirla.
No porque quisiera.
Sino porque me daba miedo que me viera roto. Que notara que ya no era Mike, el que soltaba bromas y caminaba como si nada le doliera. Sino el Mike de antes. El que gritaba en silencio, con el cuerpo lleno de cicatrices q