PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE DEBE DE AMAR
CAPÍTULO DOS
El sueño no terminaba, si Andrea estuviera consciente de todo lo que estaba viendo en sus sueños con facilidad diría que esa era la realidad, un futuro incierto que se aproximaba, la introducción de un libro que solo mostraba a una historia completa, llena de secretos, llena de mentiras pero también, llena de amor. Había tanto que estaba escrito en el destino de los dos, había tanto que estaba por pasar porque como ya alguien lo había dicho, nada en el mundo pasaba por coincidencia.
—Doctora, doctora, —dijo Fermín a la vez que llevaba a la mujer que seguía queriendo entre sus brazos.
Al momento llegó una mujer, era la doctora Natalia y la misma que había llevado el proceso de su amiga. —Hola, Andrea, ¿cómo te encuentras ahora? —Preguntó la doctora de la mejor manera. Como si nada de eso estuviera pasando en realidad cuando todo lo que quería era calmar los nervios de su amiga.
—Doctora, cada vez se queja más —, dijo Fermín al v