En la actualidad
- Meg, ¿estás enfadada?
Meg volvió al presente cuando se dio cuenta de que llevaba más tiempo sin responder del que habitualmente se considera adecuado, y en ese momento, pensó que tenía que decir algo si no quería despertar todas las alarmas.
- No, claro que no, es que no pensaba volver a verte.
- Ya, eso me imagino. En cualquier caso, muchas gracias por acogerme.
- La policia me ha pedido ayuda, no podía negarme, ¿no?
- Bueno, supongo que no cualquier acogería a un desconocido en su furgoneta.
- Ya, si, pues yo si que lo he hecho. ¿Tienes hambre?
- Lo cierto es que si, apenas pude comer nada al mediodía, y no llevaba nada comestible en el coche.
Meg se encaminó al lugar en el que había dejado la bolsa que su madre le entregó cuando estaba a punto de volver a la carretera, y sacó de su interior un par de recipientes llenos de comida, y un termo. Calentó el contenido de las tarter