(Versión extendida con escenas únicas de la novela Soy una sugar baby) Max Voelklein ve desde su ventana como una joven está a punto de quitarse la vida. Tras correr con desesperación, logra salvarla. Pero aquel intento de morir, es el inicio de una propuesta interesante.
Leer másSiempre e creído que hay algo que nos acechan desde la oscuridad, lo sé. Desde niña he sentido que soy vigilada desde la sombras o tal vez sea producto de imaginación.
—Alira, ¿Quieres ir al parque?.
—Sii mamá..
Me encantaba salir al parque y pasar el tiempo con mi mamá, más, cuando salíamos por las tardes para disfrutar de un helado de vainilla mientras admirabamos el atardecer juntas en nuestro lugar favorito.
—¡¡oh cielos. —murmura mamá tocando su cuerpo buscando algo. —Olvidé mi cartera.
—Si quieres voy por ella...
—No, iré yo por ella. —mama me detiene con una sonrisa. —Porque no vas y le dices a Jonh que fui por la cartera. Prometo que enseguida te alcanzo.
—Ok mamá.
Seguí caminando hacia el parque sola, por la carretera principal y cuando llegué al bosque, seguí el sendero que lleva hacia una pequeña colina para poder llegar al parque. Aunque era algo tedioso subir las escaleras que eran muchas por cierto.
Tarareo una cancion para no sentir el pasar de los minutos mientras subo los escalones. Un sonido en particular detiene mis pasos, escucho el sonido de una ramas secas quebrarse cuando son pisadas por alguien. Era extraño ya que nadie que no fueran turistas y cazadores de animales se adentraban al bosque a estas alturas de la tarde.
Sin embargo, sentí una fuerte curiosidad cuando vi una silueta caminar a las profundidades del bosque, no comprendía que me estaba pasando pues era como si estuviera hipnotizada por esa sombra, como si me estuviera llamando.
Al reaccionar y salir de mi trance, giro hacia todos lados al no poder explicar cómo había llegado hasta este lugar que estaba tan retirado del parque, asustada intento salir del bosque pero cuando lo intento parecía que daba vueltas en círculos.
—¿Acaso estas perdida?.
Mis vellos se erizan al sentir que no estaba sola y que alguien estaba a mis espaldas, ni siquiera podía moverme, estaba paralizada totalmente, mi frente suda cuando siento su aliento en mi cuello, rogando, solo pido que sea una alucinacion de mi mente pero cuando siento que dos agujas perforan mi piel me doy cuenta que esto es real. Un grito de dolor sale de mi boca mientas llorando intento liberarme de mi atacante pero este, me sostenía con fuerza.
Mi cuerpo se debilita y algo audible escucho su voz pronunciar mi nombre, no podía saber quien era o como era su rostro, lo único que mis ojos ven, son los suyos mientras que su voz se oía confusa para mis oídos.
—Eres deliciosa. —El miedo se apodera de mi cuerpo al ver esos ojos rojos que voltean a verme sobre mi hombro. —Volveré por ti. Juro que volveré.
Unos sollozos se escapa de mi mientras mis manos cubre la herida en mi cuello, mi cuerpo es como una gelatina, mis piernas no logran sostenerme y caigo acostada sobre las hojas del suelo.
Mis ojos se cerraron y cuando los volví a abrir, ya me encontraba en mi habitación, de inmediato me levanto de la cama y me acerco a mi espejo para ver mi cuello pero no había nada.
Asustada de lo que había pasado comencé a llorar, pues, no sabia lo que había pasado realmente. ¿Acaso fue un sueño o fue real?.—Hija ya sigues mejor. —cuando mi padre entra a mi habitación, besa mi frente. —Deberías estar en cama.
—¿Qué fue lo que me pasó?.
—Te encontraron desmayada en medio del bosque y estabas muy pálida. ¿Qué te pasó hija?.
Asustada abrazo a mi padre al confirmar que todo fue real y que ese ser, iba a venir por mi en cualquier momento, y lo peor, es que si le digo a alguien de lo que me pasó, incluso a mis padres, me tacharán de loca.
—¿Hija?..
—Lo siento papá. —musito ocultando mi miedo. —No recuerdo lo que pasó. —mentí.
—No te preocupes. —acaricia mi mejilla ahora pálidas. —Por suerte un turista te encontró en el bosque, gracias a él, pudimos encontrarte.
—¿Qué?.. ¿Qué tipo?. —dije nerviosa.
—No lo sé, —se encoge de hombros. —dijo que se iba de pasó y que estaba caminando cerca de donde te encontrabas y fue cuando te encontró desmayada. Me alegra tanto que estés bien princesa, pero ahora debes descansar, el médico dijo que tenías anemia y que necesitas reposar por un par de días.
Cuando lo veo salir de mi habitación, me levanto con dificultad y con mi si todo girara a mi alrededor, me apoye de las paredes, cerré la ventana y cuando estaba por bajar las cortinas, a lo lejos logre ver a un par de ojos rojos que me observaban desde las sombras pero luego desapareció al caer el anochecer.
❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀❀Mi amado Max:Con un profundo dolor en mi alma rota y con mis sentimientos deteriorados, te escribo a puño y letra, con mis ultimas fuerzas, que yo sin ti no puedo seguir. No puedo avanzar, no hay dirección a la cual aferrarme si no te tengo. Me siento como el primer día, como aquella vez en la que estaba metida en un profundo hoyo negro, buscando una soga a la cual sujetarme y tú, me salvaste ¿lo recuerdas mi amor? Pero hoy, cariño mío, no ocurrió.Me llevaré conmigo la última sonrisa tuya, la última mirada y tu carcajada que tanto me gustaba escuchar, mi bella zanahoria. Mi bello amor.Te amaré en alguna parte, en donde quiera que esté, te amaré y besaré entre sueños, sin importar nuestro desenlace. Aquella noticia que nos abatió no la soporté, no la quise oír, pero estab
A la mañana siguiente me desperté en los brazos de Max, acurrucada en su pecho y sin ánimos de levantarme. Verlo dormir me encantaba. Tenía un rostro tan guapo que podía apreciarlo mejor cuando se encontraba dormido, ya que me dejaba ver cada detalle sin ser interrumpida o intimidada por sus profundos ojos caramelo.Acaricié su rostro de facciones perfectas y sin pensarlo dos veces, deposité un beso en sus labios inmóviles.Me levanté, me puse una de sus playeras rojas tiradas en el suelo y me dirigí al baño, lanzando un gran bosteza y estirando los brazos. Todo marchaba bien y mis energías estaban renovadas.No podía dejar de mirar mi anillo. Tenía una piedra de diamante blanco y tenía grabado mi nombre y el de Max. También, una frase que se había vuelto mi favorita “pecar contigo toda la vida”.Era si
Viajé a New York en primera clase junto a MaxVoelklein. Los asientos eran tan cómodos y la comida era tan exquisita que me tenía fascinada.Me despedí de Adam con un fuerte abrazo y lo dejé en compañía deMiranda. Habían pegado tanta buena vibra los dos que no paraban de estar juntos y habían acordado pasar año nuevo pegados. Me fui contenta. Fue doloroso ver el rostro de Adamcon cierto dolor cuando le dije le propuesta de Max, pero se alegró por mí.—¿Más whisky señorVoelklein? —le ofreció una azafata detez pálida y ojos verdes, quien no había parado de coquetearle desde que se sentó en su asiento.Había guardado silencio para no armar escándalo, pero ya era insoportable. Max se había comportado de manera respetuosa y distante con ella. Pero a la azafata no pa
—Max…—musité, con un enorme nudo en la garganta y buscando una explicación en sus preciosos ojos caramelo.—Viaje a Chicago con la única intención de proponerte matrimonio porque no pienso perderte de nuevo, Ada Gray—me dijo, con voz dulce—. Sólo quería estar seguro de que tu amor por mí era genuino como para arriesgarme por ti. Arriesgarnos juntos. Quiero pecar contigo para toda la vida amor mío y demostrarles a los dioses que están lejos de separarnos. Esta es mi fantasía más oculta: proponerte matrimonio.Lo miré, anonadada. Separé mis labios incontable veces para decir algo, pero no salía nada de ella. Muda, lo observé y una sonrisa floreció de mis labios, la cual cubrí con mis manos.Oh mi dios, oh mi dios.—¡Sí, sí quiero! —grité, inv
Fue algo cómico ver cómo ambos se acercaron a mí como si fueran amigos entre ellos de toda la vida. Max se puso a mi derecha y Adam se puso a mi izquierda. Los dos con sus copas y con un ánimo tan feliz que me resultó chistoso.Me crucé de brazos, esperando a que alguno de los dos dijera algo. Parecían drogados contentos. Maldición. Ojalá ese té me lo hubiera bebido yo. Me llevé una mano a la boca, tratando de ocultar una sonrisa estúpida por lo tentada que estaba de risa.El primero en hablar fue Max.—Algún día Tom se comerá a Jerry, Silvestre a Piolín y yo a ti—me miró, guiñándome un hijo.—Veo que la hora de los halagos ha llegado —sentencie, luego de apretar los labios y menear con la cabeza.—¿Eso es lo mejor que tienes, anciano? —se
Si morir significaba alejarme de él, yo ya estaba muerta desde que lo conocí. Me fue sorpresivoencontrármelode nuevo y no hubiera imaginado nunca, luego de alejarnos, que terminaríamos así; bailando bajo guirnaldas y decoración navideña en una casa gigante ubicada en un barrio privado.El dinero estaba por doquier, vestidos, trajes caros, relojes y celular caros. Me era imposible entender cómo había llegado allí luego de estar días sin comer y horas sin dormir.Mesentíaafortunada.—¿Cómo has estado?—me pregunta Max, con tono tranquilo mientras la música nos lleva a un vals inesperado—. Tapeaste la ventana de tu habitación. Así que, no sé sinceramente cómo has estado—carraspeó, como si lo hubiera recordado.Mi rostro se acaloró
Último capítulo