PIERO
El pecho dolía y era inevitable que llorara como nunca lo había hecho. Creí ciegamente en Sabrina, incluso luego de que Lucio me enseñara aquellas fotografías, pensé que ese hombre la perseguía, que la acosaba y que buscaba el modo de estar cerca de ella sin que recibiera una negativa. En un avión, era imposible escabullirse, pero ya en la ciudad, Sabrina lo siguió viendo… hasta el mismo día en que llegué y me dejó solo en su apartamento, mientras salió a un bar con aquel imbécil al que dejó besarla, como si nada.
Ver esa fotografía, me sacudió tanto el interior que se me nubló el juicio, y lo peor de todo, era que ni siquiera podía afirmarme que no ocurrió.
Pensándolo bien, tal vez solo fui un tonto juego… desde que llegué aquí, con las mejores intenciones del mundo, ella se dedicó a provocarme, a restregarme en la cara en aquel antro a otro tipo al que casi mato si Josh no me hubiese detenido.
Pensé que todo sería más fácil, pero olvidé el pequeño detalle que enamorarse siemp