Capítulo 16
Irina estaba tan inmersa en su trabajo como asistente, que perdió por completo la noción del tiempo. La mañana había pasado volando ante sus ojos, y cuando finalmente miró el reloj en su muñeca, se dio cuenta de que ya era hora de almorzar. Sin embargo, no había tenido tiempo de salir a comprar algo para comer como de seguro hicieron sus demás compañeros de trabajo y eso la hizo sentirse un poco mareada. Aun así decidió dejarlo para más tarde, con la idea de alimentarse luego.
Con la mente aún centrada en todos los documentos que estaba revisando sobre su escritorio, se levantó y se dirigió directamente a la oficina de su jefe. Debía informarle sobre la videoconferencia que tendría con su socio argentino en unos minutos y al entrar se encontró con un Leone inmerso revisando algunos papeles. Ese pecado de hombre traía puesto unas gafas de leer, las cuales le daban un aire de intelectual aplicado y eso hizo que Irina sintiera una sensación extraña en su vientre. Era un cosqu