Una propuesta de amor
Una propuesta de amor
Por: YessMon2
1: Una propuesta de amor

—¡ESTAS LOCO!— exclamé. Mi jefe me veía con lo su ceño fruncido.

Hacia poco había entrado a una de las prestigiosas empresas; Liconess una reconocida empresa global, había trabajado mucho para entrar como secretaria pero nunca imagine que seria del mismísimo CEO, Eliot Ness conocido por ser un jefe egocéntrico y todo un mujeriego estaba frente a mi poniéndome matrimonio.

Mi jefe retrocede y con una media sonrisa habló:

—Acabas de interrumpir mi cita con tus absurdos documentos lo menos que harías sería compensarme ¿No crees?— sus palabras estaban en lo cierto, es decir; trabaje toda la noche en organizar los horarios de sus reuniones que no me percate que tenia una cita en su oficina al entrar —. ¿Nos casamos?

—Eso es absurdo, no puedes obligarme hacerlo— susurre, pero él se acercó y se acercó lo suficiente a mi oído.

—Podemos hacer como si nada de esto hubiera pasado— empezó—. Pero, esta era la ultima cita que mi madre había organizado.

—¿Qué?

Esto no podía ser cierto ¿verdad? Era solo una mentira.

—Mi madre dijo que esta chica era la indicada y tú la acabas de espantar— entre abri mi boca sin poder creerlo—. ¿Qué pensará la presidenta de esto? Eh Avery.

Me quede muda sin poder creerlo, no podía quedarme sin trabajo, mis padres habían invertido todos sus ahorros en mi, imagine la cara decepcion de mi madre al enterarse que perdi mi trabajo en menos de un mes.

Baje la mirada triste, una lagrima recorrió mi mejilla me sentía patética, inútil, entonces reuni toda la valentía y lo enfrente.

—¡No voy a casarme contigo aunque tenga que renunciar!— exclamé saliendo disparada del lugar.

Odiaba a Eliot Ness, lo odiaba con todo mi corazón. Me sentía tan estúpida que no podía volver simplemente a casa, tome el metro y viaje sin un rumbo fijo porque en la estación donde debía de haber bajado no lo hice. Pensé nuevamente en la propuesta y me reí internamente solo era una de sus tantas bromas, Eliot Ness es solo un idiota que le gusta jugar con las mujeres, imaginé que su propuesta era solo para acostarse conmigo, como lo hacia con todas.

—Hola, disculpa— un hombre bastante alto y con una sonrisa calidad me tocaba el hombro tímidamente—. Esta es la ultima estación señorita, el metro llega hasta aquí.

—Oh— alcancé a decir y con una sonrisa asentí. Salí del lugar. El viento frio golpeó mi cuerpo.

Poco a poco cayeron gotas de lluvia y me maldije internamente por no traer un abrigo, acaricie mis brazos y camine a mi casa, había olvidado mi billetera y no traía efectivo, mire mi teléfono la batería estaba muy baja como para acceder a mi banco y pagar un taxi.

—Mierda.

Ganas de llorar me atacaron cuando una una ráfaga de lluvia cayó sobre mi. Corri hacia algún lugar pero no encontraba nada, me detuve cuando vi la parada de bus a lo lejos, podría esperar ahí pensé, pero el semáforo seguía en rojo, cuando este cambió me apresure por pasar pero todo ocurrio muy rápido sentí un golpe en mi cuerpo y como este dio vuelta sobre el pavimento, mi cabeza golpeó contra el y lo ultimo que escuche fueron unos gritos. Unos brazos me tomaron pero no podía ver quien era.

—Avery…

Una enorme luz se cayó sobre mis ojos, me movi sobre el calido y comodo colchon. Estiré mi brazo hasta dejarlo caer en algo bastante robusto, suspiré lentamente y continúe con mi sueño hasta que algo o más bien alguien me interrumpió.

—Creí que no querías casarte conmigo— esa voz... ¡Mierda! retrocedi asustada hasta caer de la cama.

—¡Ahh!— grité por el dolor que me había causado, mire a mi alrededor hasta me percaté del lugar; estaba en una habitación bastante bonita y lujosa, el color blanco estaba en todo el lugar, muebles, sábanas, y...

—¿Que haces?

Miro directamente de dónde proviene la voz, Eliot Ness me está mirando con el ceño fruncido, está sentando en la misma cama donde yo estaba, no traía camisa y solo podía ver sus pantalones de pijama.

—¿Cómo llegué aquí?— pregunté desorientada, me sentía asustada, trate de ponerme de mi pero el dolor en mi hombro me lo impidió— ¡Ay! ¡Duele!

—Dejame ver— ví como Eliot se puso de pie y se acercó a mi, puso sus manos bajo mi espalda y ayudó a levantarme —. Vamos a la cama primero.

Asentí con la cabeza, mi cuerpo entero dolía.

—¿Cómo...?

—¿Cómo te pasó esto...?— El chico terminó la pregunta—. Bueno ayer tuviste un accidente fue bastante confuso pero aún más que yo estuviera ahí. Fue como el destino, Avery. ¿Crees en el?

Por un momento me perdí en sus palabras hasta que recordé que era el idiota de Eliot quien hablaba.

—¿Que tonterías dices?

—¿Así le hablas a tu salvador?

Rodé los ojos y traté de ponerme de pie de nuevo, debía de salir lo antes posible de aquí antes que mi cara esté en todas las revistas de la ciudad.

—¿A dónde crees que vas?— volvió a indagar el chico, está vez levanté mi mirada y esta recorrió todo su rostro.

No podía negar que era muy atractivo, unos labios rosados, y un color de piel de porcelana un cabello negro que le caía sobre su frente y un cuerpo maravilloso. Era perfecto a simple vista, pero era definitivo un completo idiota.

—¿Terminaste de alimentar tus ojos?— negué enseguida y lo miré mal —. Te he dejado muda eh.

—¿Puedes dejar las tonterías?

Eliot dió un suspiro y con una sonrisa se levantó del colchón, se acercó a una mesita cerca de la ventana y me entregó un documento.

—¿Puedes entender lo que dice? ¿No? igual eres mi secretaria.

Le devolví el documento, no me interesaba nada de lo que saliera de su boca me apresuré en ponerme de pie de nuevo.

—Agradezco que me hayas traído aquí y posiblemente salvado, pero no estoy interesada en cansarme contigo.

—¿Ah no? ¿Estás segura?

Y de la nada mi teléfono en la mesita de noche sonó, me apresuré en tomarlo y descolgar la llamada. Era mamá:

—Avery...— su tono de voz era ese mismo cuando terminaba de llorar, iba a romperse mire a Eliot y él tenía una sonrisa en su cara—. Nos han despedido, mi amor...y el banco quiere sacarnos de la casa...

Sentí un nudo en la garganta, ¿él había hecho esto? ¿verdad? Eliot tenía la misma sonrisa arrogante de siempre, ¿estaba jugando conmigo?

—¿Avery...?— la voz de mi madre me trajo de vuelta—. Nos mudaremos mañana...

—No mamá— miré a Eliot con enojo—. Lo resolveré.

Y con eso colgué.

—¿Ya te enteraste lo que hace el dinero?— habló el idiota.

—¿Tan necesitado de esposa estás?

—Mis padres son un poco...— hizo como si lo pensara —. conservadores...

—Eres un idiota, ¿lo sabías?

—Me lo dicen a menudo—Eliot me pasa el documento —. Solo serán dos años, el contrato se acabará luego de veinticuatro meses.

Abrí el documento.

—Una propuesta de amor— leí el tema documento.

—Creativo ¿No?

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