Fuera de la habitación de Ariel, Norman estaba parado, su corazón latiendo con una mezcla de preocupación y culpa. Se reprendía a sí mismo por no haber estado allí para proteger a Ariel de Alejandro, que este no entrara, pues sabía o creía que ella no deseaba verlo. La puerta de la habitación se abrió, y Alejandro salió, con una expresión de dolor y derrota marcando su rostro. Pero rápidamente lo ocultó al ver a Norman allí.
Cerró la puerta despacio y se le quedó mirando. Intentando descubrir si él había escuchado algo o si escuchó…. ¿Qué tanto escuchó?
Los dos hombres se encontraron en el pasillo, sus miradas entrelazándose en un silencio tenso. Alejandro se acercó a Norman, su voz seria y cargada de emoción, la charla con Ariel había sido muy fuerte y, sin duda, no había salido como él lo planeó. Pero no se vería derrotado frente aquel hombre y más conociendo que era la persona que estaba al lado de Ariel.
—¿Sientes algo por Ariel?— preguntó, mirando directamente a los ojos de Norma