Por un momento, no supe si aún estaba respirando. Sentí un zumbido en los oídos, una presión en el pecho. Todo a mi alrededor se volvió difuso.

—¿Qué significa eso? —logré preguntar, aunque mi voz era apenas un hilo.

—Significa que el tumor se ha extendido a otras partes del cuerpo —continuó ella—. Es una etapa avanzada, pero no terminal. Hay opciones de tratamiento, aunque tenemos que actuar con rapidez. Vamos a comenzar con quimioterapia. Ya estoy gestionando todo para que empecemos cuanto antes.

Volví a mirar a Zayd. Su rostro estaba blanco, inmóvil, pero sus ojos hablaban por él. Había dolor. Había rabia. Había miedo.

—¿Hay posibilidades de supervivencia? —preguntó él, con una voz que parecía más firme de lo que sentía por dentro.

—Sí —dijo Pelin—. Esto no es una condena de muerte. Es una lucha larga, difícil, pero no imposible. Todo va a depender de cómo responda el cuerpo, de su fortaleza… y del acompañamiento. No estás sola, Kany. Vamos a ir paso a paso.

Yo no sabía si llorar o