Las horas pasaron. La intriga se quedó nadando en el aire cuando las autoridades les ordenaron a los medios de comunicación que no continuaran transmitiendo las escenas siguientes porque eran horribles.
Sofía no para de llorar, David y su familia han llegado para acompañar a los ancianos. La casa está llena de médicos que mantienen bajo vigilancia a la joven embarazada y a la anciana que padece del corazón.
—Cuñada, ¿tú sabías que él era mafioso así como lo catalogan las autoridades?
Preguntó David.
—¡Cómo iba a saberlo yo si a él le mencionan otro nombre! Él nunca dio indicios de que anduviera en malos pasos, hasta este día que… vi un compartimiento falso en nuestra casa… lleno de armas.
David se llevó las manos a la cabeza. Tenía la esperanza de que todo fuera una equivocación, pero si él almacenaba eso, significaba que todo era correcto.
Los hombres de la familia ya habían sido enviados para investigar el caso. A David no le permitieron que se asomara porque lo podían confundir con