La presencia de esa persona irradiaba desorden, miedo, rabia e impotencia en David.
Nunca había sucedido, durante tres largos años ella nunca había llegado a buscarlo a la empresa.
David se puso de pie, casi se pasó llevando la pierna de Mardeli cuando rodeó el escritorio para salir al encuentro de la recién llegada.
—Cariño, estaba preocupada por ti. ¿Por qué no has vuelto a casa?
Preguntó aquella mujer elegante y hermosa, pero no más que Mardeli.
—He estado ocupado con los negocios.
Respondió con un tono neutral. Eso molestó a Mardeli y las alarmas se encendieron de inmediato, ¿acaso él le había mentido?
—Vuelve a casa esta noche, ¿sí? Te extraño mucho.
Para acabar de ajustar, la mujer le dio un beso en los labios al hombre. Acto que no pasó desapercibido para Mardeli.
La innombrable se marchó. David también lo hizo, mientras que Mardeli se quedó aturdida.
Habían pasado dos eventos esa misma mañana. Había descubierto que estaba siendo un títere para David, él se había hecho pasar po