“¿No tenía donde pasar la noche? ¿Qué habrá sucedido?”
Miles de escenas aparecieron en su mente, una peor que la otra y sintió una energía protectora nacerle desde dentro.
No permitiría que le pasara nada a esa frágil mujer y a su niño.
-Y pensaba que…
-Si.-sentenció Adrian.
-Pero si todavía no dije…
-Quiere un lugar donde dormir, y yo tengo miles de habitaciones juntando polvo, no tiene que decirlo, mi casa es su casa- respondió rápidamente, deseando no arrepentirse de compartir techo con esa hermosa mujer.
-Señor Sinclair realmente no sé…
-Dime Adrian
-Adrian… realmente no sé cómo agradecerle este gesto.
-No se preocupe, con ayudar a Emma estoy más que agradecido.
Emilia asintió emocionada y quiso abalanzarse sobre ese apuesto hombre que había sido enviado por los mismísimos ángeles a salvar su trágica situación.
Emilia lo observó con admiración y por primera vez notó lo hermoso que era, aún con ojeras y todo.
El apuesto tío de Emma tenía el pelo corto en rizos castaños perfectam