POV DEMETRIUS
—Otra de las reglas, ¿no es así? —pregunta; y yo solo la miro.
Era tan hermosa…, incluso ahora, estando molesta y, por alguna razón, parecía verme con tristeza, pero también con decepción. Sabía que la había lastimado y me sentía mal, el peor hombre por haber pronunciado cada una de las palabras que la hicieron llorar frente a mí. Quería detenerme en ese momento, mas no pude, ya no podía seguir siendo flexible con ella; no después de lo que me había enterado, no después de su traición. Debía tratarla igual que a mis otros enemigos, ya no podía ser débil ante su voz…, sus sonrisas, sus caricias y sus besos, ya que ni siquiera eran sinceros, pues ella seguía perdidamente enamorada de Mezzla (tal y como estaba en el informe que pedí hace años) y eso me molestaba y me dolía porque… su corazón ya estaba ocupado y… no era por mí.
Salgo de su habitación sin decir otra palabra más y voy hacia mi pasado…, hacia aquel salón que guardaba cada uno de los recuerdos de mis dos hijos